¡Ya estamos de vuelta!
Cansancio, pena por empezar con la rutina, maletas que deshacer... pero todo ello con el buen sabor de boca que te deja poder visitar, una vez más, una ciudad como Madrid.
Sus calles, sus gentes, sus grandes zonas ajardinadas, sus monumentos, las buhardillas, los preciosos rótulos de sus calles... en definitiva, una ciudad que toda ella, con su majestuosidad y voluptuosidad, muestra que es la capital financiera y política del Estado y que transmite, en cada uno de los pasos que realizamos por sus calles, una sensación de apertura, aire limpio y libertad que en otras ciudades no sientes.
Sin embargo, a pesar de decir en la entrada anterior que se trataba de una localidad sin cambio alguno año tras año que llegas a ella, esta vez sí que he percibido algún que otro aspecto que me ha hecho observar que la ciudad ya no es la que era. Se trata de los constantes y grandes desequilibrios sociales y económicos entre barrios que hacen pensar que existe un interés más dirigido hacia la imagen más superficial de la ciudad, provocando, así, sus habitantes no vivan de la manera más adecuada.
En mi tercera visita a Madrid, hemos podido ver pobreza extrema en las calles del centro, un sinfín de actividades de economía sumergida y, en especial, una más que evidente prostitución que realmente te pone los pelos de punta, teniendo en cuenta, sobre todo, la edad de las chicas y el tipo de clientes y proxenetas que se ven claramente cerca de ellas.
No obstante a eso, la experiencia ha sido más que maravillosa.
Al tratarse de Semana Santa, hemos podido degustar los platos más exquisitos de Cuaresma de la gastronomía madrileña, conocer sus costumbres más arraigadas y descubrir rincones y rinconcitos que, a primera vista, son difíciles de encontrar.
Estoy hablando de pequeños detalles que sólo puedes encontrar a base de recorrer cada una de sus preciosas calles, pequeñas tiendas de lo más atractivas, costumbres del día a día que se respiran en su ambiente, el comportamiento de las personas que habitan la ciudad y barrios que todavía quedaban por visitar y que, sin embargo, son los que más nos muestran todos estos aspectos.
Concretamente, referencio barrios como Carabanchel o Chamberí, costumbres como sería el caso de las procesiones o el uso de peineta todavía muy arraigadas entre la población madrileña y que provoca, incluso, sentimientos de tristeza y desesperación el no poder llevarlas a cabo en los momentos esperados; expresiones típicamente usadas en la zona ("caerse del madroño") o tiendas de distintas tipologías, ya sean centenarias o nuevas, que te hacen volver unos pasos atrás para curiosear en su interior.
Las siguientes fotos, así como las que he ido añadiendo en el resto de entradas menos recientes (todas se encuentran bajo la etiqueta de "Madrid") pero ya retocadas a partir de la información que, de primera mano, he ido recopilando en mi viaje, y en el pequeño diario que he elaborado en esta misma entrada, son buenos ejemplos de ello y dan una visión aproximada de lo que es el Madrid actual: una mezcla de tradición parada en el tiempo y modernidad basada en la moda y el diseño más exclusivo en todas sus posibles vertientes.
Finalmente, decir que me he sentido tratada de la misma manera que un madrileño se sentiría en Catalunya, es decir, a pesar de ser catalana, todo aquel con el que entablé algún tipo de relación, fuera de los lugares propiamente turísticos donde tienen que ser serviciales por obligación, me correspondió de una manera adecuada, educada, amable y para nada menospreciable, a pesar que en las continuas batallas televisivas madrileñas y catalanas se diga lo contrario.
Sin embargo, cabe también destacar que algún que otro comentario negativo hacia los catalanes sí que escuché en conversaciones ajenas, especialmente relacionados con temas de actualidad como podrían ser el fútbol (el día anterior fue la final de la Copa del Rey FCB - Real Madrid) o los toros y su abolición.
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Madrid es una ciudad enorme con múltiples espacios y lugares, es por ello que, a pesar de volver y volver, siempre quedará algo pendiente que visitar:
LUGARES QUE VER EN NUESTRA PRÓXIMA VISITA
- Casa de Campo
- El Pardo
-
Vallecas
- Parque del Capricho
- Parque Juan Carlos I con sus esculturas de Carlos Cruz Diez
-
Argüelles
-
Malasaña
- Ruta por el Río Manzanares
- Torres Kio
- Escuchar el Carrión de Groupama
- Pequeños pueblos de la Comunidad de Madrid, como podría ser el caso de Chinchón o Aranjuez
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DIARIO
DÍA 1
9h: Salimos de Barcelona Estació de Sants dirección Puerta de Atocha. Se percibe nerviosismo en el ambiente entre los pasajeros. Peleas por colocar las maletas, pasar por el pasillo...
¿Será el efecto post-partido Barça - Madrid en Valencia?
Por suerte, sólo se trata de la primera recibida al vagón y, en cuestión de minutos, todo se relaja y podemos empezar con el que será el principio de un bonito viaje de Semana Santa.
¿Compañía para sobrellevar las 3h de trayecto?
Una divertida lectura (Sex and the City), organizar los últimos retoques del viaje para empezar a hacernos la boca agua (Guía y Revista Condé Nast Traveler), música (canciones variadas francesas) y una buena película que me fascina (Chocolat).
El paisaje y las divertidas anécdotas en el baño del tren, cuya puerta no cierra bien y se abre sola automáticamente, a pesar que haya alguien dentro, también nos ayudan a pasar un buen rato.
12,30h: Llegamos al Hotel High Tech Petit Palace Mayor 4*. Antes, sin embargo, nos deleitamos en nuestro camino de la estación a la calle Mayor a través de la calle Atocha, con las curiosidades que nos muestra la ciudad en cada uno de sus rincones.
Personajes curiosos en Plaza Mayor, edificios llenos de encanto gracias a su estado casi rónico, comercios antiguos y, en especial, la gran selección de dulces que encontramos en sus pastelerías.
Entre ellos, cabe destacar la típica Mona de Pascua y los empiñonados (¿nueva versión de nuestros panellets o simplemente es que, en el fondo, catalanes y madrileños no somos tan distintos?).
14h: Después de instalarnos y deshacer las maletas, nos dirigimos a Vips. Se hace la hora de almorzar y no hemos tenido tiempo aún de curiosear la zona y encontrar un lugar donde comer. Así que, aunque suene poco ortodoxo ir a un restaurante de este tipo estando en Madrid ciudad, comemos en él por los factores proximidad y comodidad (se encuentra justo al lado de nuestro hotel).
15,15h: Empezamos la ruta del
Madrid Antiguo. Son muchos los rincones que, a pesar de haber estado dos veces en Madrid, desconocemos de él.
Nos fascinan la Plaza de la Paja y la Plaza de la Puerta de Moros, descubrimos los Jardines del Príncipe Anglona, el Colegio de Sant Ildefonso, el Happy Day de la calle Cuchilleros, 14 (una tienda de cupcakes pequeñita pero preciosa), tiendas curiosas y el Mercado de San Miguel y podemos visitar la catedral de la Almudena con sus obras completamente finalizadas.
20h: Empieza a llover y nos tenemos que guarecer en el Hotel, desde donde se convierte en una verdadera delicia observar la calle Mayor completamente vacía de transeúntes. Aprovechamos y chequeamos nuestro correo y nos arreglamos para volver a cenar en Vips, una manera cómoda de cenar dada la proximidad en los momentos de máxima lluvia.
DÍA 2
7,30h: ¡Buenos días!
El día es largo e intenso, así que nos levantamos, nos duchamos para despejarnos y vamos a saborear un fantástico desayuno en Chocolate & Churros, en la calle Mayor,54.
www.chch.es
A partir de hoy, éste será nuestro lugar de desayuno de cada mañana.
Cafés con leche, bocadillos, muffins de arándanos, churros, chocolate deshecho... ¡Todas las delicias que os podáis imaginar para coger las fuerzas necesarias para este intenso día!
10h: Cogemos el Bus Turístico oficial de la ciudad en Puerta del Sol para realizar la primera ruta, el Madrid Antiguo, y visitar los monumentos más destacados de la ciudad.
He de reconocer que no soy muy amante de este tipo de servicios turísticos, ya que considero que no te permiten tener una visión real de la ciudad, a diferencia de hacer el mismo recorrido a pie, aparte que las explicaciones que te dan son bastante escasas. Pero cuando vas con alguien que nunca ha estado en la ciudad, es la mejor alternativa para conocerla de una manera rápida y cómoda.
Por tan sólo 17,50eur, puedes ver los monumentos más representativos de la ciudad, divididos en dos líneas de autobús (Madrid Antiguo y Madrid Moderno), con un mínimo de explicaciones y subiendo y bajando en sus diversas paradas.
Podemos visitar el
Madrid de los Borbones y ver edificaciones recientes pero ya emblemáticas en la ciudad como el Caixa Forum.
Para más información sobre este servicio:
http://www.madridvision.es/
12h: Hacemos una pequeña parada en la Estación de Atocha para ver la Iglesia de Nuestra Señora de Atocha, conocida por ser el lugar en el que la Familia Real presenta a sus príncipes e infantes.
Nos encontramos con una pequeña misa que nos acerca un poco a la población local.
13h: Dado que el Bus Turístico nos obliga a dar toda la vuelta a la ruta para poder llegar a Puerta del Sol, decidimos optar por el metro como medio de transporte entre Atocha y Sol más rápido.
Nos quedamos consternados por el precio de su tarjeta de 10 viajes (9,20eur) ya que ha resultado ser mucho más cara que en Barcelona (7,85eur).
¡Y luego nos quejamos de cuando nos suben el precio del trayecto!
Los billetes sencillos, sin embargo, son algo más baratos ya que, mientras que en Madrid tan sólo cuestan 1eur, en Barcelona los encontramos por 1,20eur aproximadamente si mal no recuerdo.
Nos sorprende una iniciativa de la ciudad para fomentar la lectura y la escritura que consta de distintos pequeños plafones en el interior de los vagones del metro con diversas historietas preparadas para ser completadas por los viandantes.
14h: Sentados en Casa Botín, c/Cuchilleros, para degustar algunos de sus platos. Si sois de los que preferís un trato más atento y con precios que representen realmente lo que estáis comiendo (no precios para turistas), no olvidéis de preguntar por el sótano, ya que es en él donde realmente los madrileños comen, dejando el resto de pisos para los turistas.
Degustamos distintos platos típicos de Madrid, como podrían ser el potaje de garbanzos o los bartolillos de Madrid.
15,45h: como en la mayor parte de la Península en estos días, vuelve a llover y a cántaros... así que, en vez de empezar a conocer el
Madrid de las Letras tal y como teníamos pensado hacer, decidimos volver a coger el Bus Turístico para centrarnos en la ruta del Madrid Moderno. Obviamente, no podemos subir a la cubierta a causa del agua y el frío, así que nos tenemos que conformar observando a través de unos cristales sucios y empañados...
No obstante a ello, alguna que otra fotografía sí pudimos sacar, como la de la enorme e impresionante bandera española ondeando en la Plaza Colón y que, en otras ocasiones, no tuvimos oportunidad de apreciar dado que todavía no se encontraba en el lugar actual.
Me reservaré comentarios al respecto, pero digamos que tal sentimiento a la patria fue un poco escalofriante.
En este trayecto, pasamos por Nuevos Ministerios y algunas de las edificaciones más emblemáticas de la Castellana. Sin embargo, a pesar de ir por el Madrid Moderno, toda la zona de las Torres Kio fue obviada en la ruta.
17h: Visita a la primera parte de la exposición "Heroínas" del Museo Thyssen Bornemisza. Realmente recomendable ya que en ella podemos observar distintos roles femeninos, que se han interpretado en forma de arte, muy alejados de la típica figura de la mujer como objeto sexual, ama de casa o sumisa dama.
La visita, sin embargo, resulta ser un poco caótica. No se avisa a los visitantes de la hora de cierre hasta la misma y el hecho que llueva tanto en la calle hace que todo el mundo esté bastante nervioso.
Conseguimos salir del Museo y llegar al hotel pero bastante más mojadas que en nuestra salida por la mañana.
A pesar de ello, hemos marchado con un buen sabor de boca de la exposición, gracias en parte a los servicios del museo (audioguía por 3eur y guardarropía) y con un recuerdo de lo más especial.
20h: La lluvia amaina y aprovechamos para pasear por la Plaza Mayor en la cual encontramos comercios de lo más variopintos y curiosos. Su ambiente y animación son realmente recomendables.
21h: Cena en un típico restaurante de tapas de la Cava San Miguel, 8, llamado la Cuevona. En él, degustamos las típicas torrijas de Semana Santa. ¡Realmente riquísimas!
Anécdota del restaurante: Posibilidad de pedir "pan con tumaca". ¡Los que sean catalanes ya conocen el porqué de mi sorpresa!
23h: Precioso paseo, el cual en ocasiones nos deja sin palabras, por el Madrid Iluminado dado el gran número de monumentos y edificios iluminados, incluyendo los que no son tan conocidos, que podemos encontrar en la ciudad de Madrid.
En aspectos como este es donde podemos apreciar el poder y elegancia de la capital.
En este paseo, podemos apreciar la vida nocturna de la ciudad, su ambiente y contrastes entre el centro y las zonas más alejadas de él.
La zona del Teatro Real es realmente una delicia, tanto por su ambiente tranquilo y encantador, como por los restaurantes, bares y monumentos que encontramos en él.
DÍA 3
9,30h: Salimos del hotel y nos dirigimos hacia la parada de metro más próxima, Sol, para tener un día intenso de turismo combinado con compras. Llegamos al
Barrio de Salamanca, repleto de tiendas exclusivas que nos aproximan a la realidad de la moda y nos muestran que todos aquellos modelos que observamos ojeando el Vogue existen y que no son tan sólo nombres escritos en una hoja de papel.
¿Lo mejor de la experiencia?
Conocer a una señora mayor que, a su larga edad, se dedica a elaborar ella misma unos pequeños gorritos de decoración y la visita a la única tienda de Manolo Blahnik en España. El hecho que se encuentre en un pequeño patio interior le da todavía más encanto.
Pasear por el Mercado de la Paz, encontrar pastelerías como la Viena Capellanes o la Bombonería Santa y entrar en Miu Miu, una de mis firmas favoritas y que no tiene ninguna sucursal en Barcelona, también fueron dos hechos remarcables en esta ruta.
12,30h: Paseo por el
Barrio de las Letras realizando una primera para en el Café Gijón, un mítico café de letrados en el que, una tarde por semana, aún se reúnen reconocidos personajes españoles para charlar o jugar a alguna partida de dómino o cartas.
13h: Visitamos la bóveda del Hotel Palace 5*, la cual nos deja boquiabiertos, y nos adentramos en el barrio que, en mi opinión, esconde rincones más encantadores y parados en el tiempo.
El encuentro de un negocio de degustación de quesos también nos sorprende en el paseo por sus calles.
14,30h: Comida en el restaurante Barbaroja, Cava de San Miguel, 8, de la cadena de restaurantes malagueña La Pesquera. Realmente recomendable por su servicio y calidad de la comida.
16h: Nos cruzamos con una pequeña procesión, a pesar de ser Sábado Santo y, por lo tanto, un día de descanso en toda la Semana Santa.
16h: Visita a la tienda de National Geographic, en plena Gran Via madrileña. Una tienda preciosa, llena de todos aquellos elementos necesarios para cualquier viaje o, simplemente, para autoculturalizarte. Además, tiene un pequeño bar decorado con todo un surtido de fotografías preciosas.
Fuencarral se trata de un barrio residencial, tranquilo y encantador, a diferencia de en la zona de Chueca, donde los comercios y bares de ambiente empiezan a aparecer en nuestros andares, así como también, ya en la c/ Fuencarral, las tiendas de moda asoman en cada esquina. Muchas de ellas son de pequeños y recientes diseñadores. Se trata de la zona comercial por excelencia de los madrileños, aquella que ellos frecuentan y donde, por lo general, no se acostuman a ver turistas.
Sin embargo, lo que realmente merece la pena es el Mercado de Fuencarral (c/ Fuencarral, 45), el lugar de encuentro por excelencia de todos aquellos productos, artesanales y exclusivos, de estos diseñadores jóvenes y emprendedores.
Como podéis suponer, ¡no marché sin realizar mi compra!
Aquí os dejo de una fotografía de los collares que compramos, ambos únicos, en una pequeña tiendecita del Mercado. Los diseños son todos de una chica encantadora y muy agradable que, viendo nuestra fascinación por su tienda y diseños, nos comentó incluso que podíamos comprar sus complementos a distancia desde Barcelona.
Se trata, en definitiva, de una visita que realmente merece la pena.
¡Aquí os dejo su blog! En él, podréis encontrar algunos de sus diseños más exclusivos.
El Triball es un barrio muy próximo a los ya citados Fuencarral y Chueca que mezcla el diseño con el barrio en sí. De esta manera, en él, podemos encontrar contrastes tan impactantes como un tienda de máxima exclusividad o la importante prostitución que podemos encontrar en una misma esquina.
Se trata, pues, de un barrio que no te deja indiferente de ninguna de las maneras.
20h: Continuamos nuestro paseo hasta llegar a la Gran Vía, una calle ya de por sí llena de animación pero que, al dar la coincidencia de ser el Día del Libro, la encontramos mucho más llena que de costumbre. Los puestos de libros están por todas partes, así como también los curiosos, entre los cuales me puedo añadir, que pasean por ellas.
21h: De vuelta al Hotel, pasamos por la concurrida y conocida Churrería San Ginés. Sus decoraciones y su actividad nos dejan sorprendidos.
21,30h: Cena en un restaurante muy especial por ser muy distinto a los que podemos encontrar, repletos de turistas, en la zona del Madrid Antiguo. Además, cabe destacar que sigue la filosofía chic & cheap, es decir, máxima calidad y buen servicio al alcance de todos.
¡Aún recuerdo su fantástico Hummus y su NY Cheesecake!
¿Su nombre?
DÍA 4
7,45h: Nos levantamos a pesar de nuestro cansancio. Pero se trata del último día, así que hay que aprovecharlo al máximo. Así que desayunamos en nuestra cafetería habitual y nos dirigimos hacia el mercadillo del Rastro. Un lugar lleno de colores, gente distinta, olores y productos bien curiosos. Calles y calles que recorrer, perdiéndose entre cada una de sus paradas.
Se trata, pues, de una bonita experiencia que nos muestra un mercadillo muy distinto al que estamos acostumbrados pero muy parecido a los tradicionales mercados "de pulgas".
Su centro se encuentra alrededor de la calle Curtidores (única zona idéntica a nuestros mercadillos), así que, conforme más nos alejamos de ella, más encontramos paraditas de lo más variopintas dado que, a su vez, se trata de las calles en las que sus tenderos menos impuestos pagan y donde, por lo tanto, podemos encontrar la esencia real del mercadillo y los fuertes contrastes entre personas.
¿Lo mejor?
Poder conocer la tranquilidad y ambiente de barrio de Lavapies. Las Corralas, con todo el funcionamiento que suponen (Asociaciones de Vecinos, relación entre los propietarios de cada piso, etc.) nos dejan maravillados.
Personajes revolucionarios a favor de los derechos de los habitantes del barrio son también muy presentes en muchos de los carteles de sus paredes.
De vuelta hacia al centro, tropezamos con tiendas tan curiosas como la Fabrique de Belgique, en la calle Toledo, con sus espectaculares dulces y gominolas o el mercado de filatelia de la Plaza Mayor.
Nos sentamos a tomar algo en ella, mientras escuchamos la gran tambolirada que hay preparada a las 12h del medio día en honor al Domingo de Resurrección.
12,30h: Descubrimos una pequeña plaza detrás de la calle Cuchilleros, llena de encanto y un mercado de arte.
14h: Comida en Maestro Villa, Cava de San Miguel, 8. Se trata del mismo local que la Cuevona pero con un ambiente y servicio distinto al de la cena.
15,15h: Paseo por la Zona Comercial de Madrid, abierta en domingo sorprendentemente, incluyendo grandes almacenes como podría ser El Corte Inglés.
En la Puerta del Sol, un grupo de evangélicos sur-americanos celebra una pequeña misa.
17h: Camino hacia los Jerónimos, antigua catedral de Madrid y, en mi opinión, mucho más bonita que la Almudena, y hacia el Parque del Retiro.
Parece ser que todos hemos tenido la misma decisión al ver salir el sol. Así que encontramos el Parque repleto de paseantes domingueros bajo sus arboledas. Sin embargo, no deja de ser una delicia poder hacerlo.
19,45h: Compra de recuerdos en dos de las pastelerías más emblemáticas de Madrid, en Casa Mira (Carrera de San jerónimo, 30) y La Mallorquina (Puerta del Sol). Sin embargo, cabe destacar que el trato no fue el más adecuado en ninguna de las dos. Suponemos que el exceso de clientela puede ser uno de los factores de tal servicio, especialmente teniendo en cuenta el estrés que esto puede conllevar.
21h: Última cena en Madrid así que elegimos un pequeño local de tapas de la Plaza Mayor.
A continuación, realizamos el último paseo por el Madrid Iluminado y visitamos un lugar de recién apertura en Madrid, Ice Bar Restaurante Madrid, perteneciente al mismo dueño que el del ya abierto IceBarcelona. Lo encontramos cerrado pero su encargado, con una gran amabilidad, nos permite entrar y ver su interior. Realmente interesante para pasar una noche diferente y original dado que, en su interior, completamente todo, incluyendo las mesas y los vasos, es de hielo. Pequeñas esculturas glaciares, como el oso y el madroño, también los podemos encontrar.
DÍA 5
7,45h: Nos despertamos, desayunamos y cerramos nuestras maletas. Lo bueno se acaba y el regreso a Barcelona está a la vuelta de la esquina pero, no por eso, dejaremos desaprovechar la última mañana. Así que nos dirigimos hacia dos barrios muy típicos de Madrid, alejados del centro antiguo, que nos permiten, añadiendo que hoy es un día laboral en Madrid, conocer el estilo de vida de la ciudad, su dinámica y día a día.
Cogemos el metro en Puerta del Sol y nos vemos hacia Carabanchel, sí, el barrio de Manolito Gafotas.
Un barrio popular, repleto de pequeños comercios de abastecimiento y lleno de encanto y de personas dispuestas a acompañarnos a los lugares donde queremos ir con tan sólo preguntar su ubicación.
En él, nos encontramos con la única famosa residente en Madrid que hemos podido ver estas vacaciones, a pesar que Madrid sea la sede por excelencia del mundo de los famosos y actores. Hace tiempo que no la podemos ver en televisión pero quizá os acordáis de ella.
Nos acercamos hacia un pequeño descubrimiento que hemos hecho en este viaje, el Cementerio Británico de Madrid, en la calle Comandante Fontanes, un concepto completamente distinto al nuestro de muerte y lugar de entierro.
11,30h: Llegamos a Chamberí, un lugar que mezcla las zonas de residencia con las oficinas y comercios. Visitamos la Estación Fantasma, en la Plaza de Chamberí, una estación de metro que, después de tener que ser abandonada por el cambio de vías en la red de metro de la ciudad, quedó tal cual se construyó, siendo un pequeño oasis de los años 40 en la modernidad actual.
En ella, pues, se han realizado distintas películas dada las características de la época que podemos encontrar en ella.
Sin embargo, la visita no puede ser posible dado que, al ser lunes, está cerrada.
12,30h: Último paseo por la zona comercial y la Gran Vía madrileña. Nos dirigimos hacia Lomography (c/ Echegaray, 5), pensando que la única de España se encuentra en Madrid. Al llegar a ella, nos indican que la primera y, además más grande y con mejores instalaciones, está en Barcelona.
Como podéis imaginar, la cara de póker que se nos quedó fue bastante impresionante.
En ella, nos compramos una pequeña Fish-eye 2 como recuerdo de nuestra gran metedura de pata.
Nos dirigimos hacia una tienda de complementos y ropa de la calle Bordadores, 4, llamada Tierra Recicla, donde todos sus artículos son artesanales y de lo más originales.
14,30h: Comida en La Daniela, una típica casa de cocidos madrileños, de los buenos y reconocidos por los locales de la zona, de la calle Cuchilleros, 9. Con cubiertos en mano y baberos preparados, nos disponemos a degustar sus suculentos platos.
17h: Llegada a Atocha y preparados para coger el tren dirección Barcelona. Durante la espera, nos recreamos con las fotografías realizadas estos días. Llamadme masoquista, pero es la mejor manera de marchar con ese sentimiento de alegría y nostalgia que tanto caracteriza a los viajes como este.
18,30h: Salida del tren.
22,15h: A pesar de las aventuras pasadas, de las anécdotas y de los buenos momentos, ¿qué mejor que poder decir... Home Sweet Home?
